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Soy un Delincuente (1976)

Soy un Delincuente (1976) II parte del Trabajo final de mi electiva Cine en Humanidades: Escojer de un film de los visto en clase para analizar el papel de lo político y lo social y sus valores estéticos.

Soy un Delincuente (1976) Director: Clemente de la Cerda

“Soy un Delincuente” no serían las palabras con las que Ramón Antonio se describiría a sí mismo. Producto del subdesarrollo, la ausencia de la figura paterna, la alcahuetería de su madre y las condiciones económicas y mentales de su entorno sale a la calle a dar lo que ha recibido. Él es un problema social que habla como el caraqueñito común, menor de edad, amparado y al mismo tiempo destruido por leyes politizadas que se cumplen a medias y vive la peor vida que me mejor le place.

28 años después de su realización vemos este film sólo para darnos cuenta que las cosas apenas han cambiado y ver una fuerte denuncia de lo que sucedía, y sigue ocurriendo, en las calles de la “gran ciudad”, en los barrios más pobres (recién fundados por cierto, se repite la historia?), en las cárceles y en lo más íntimo del núcleo familiar de los estratos más bajos de la población. Cuál fue el resultado? NADA. Ayer fue: ley del protección al menor, ley de vagos y maleantes; hoy: Lopna; mañana: X, leyes del gobierno de turno, que el estado no aplica y que traen como resultado soluciones vagas y confusas.

La actuación de los jóvenes es tan real que casi podría decirse que: ‘las cámaras casualmente pasaban por ahí’. No ocurre lo mismo con alguno de los adultos (policías retóricos). La fotografía no es necesariamente bella pero sí es muy descriptiva: el “barrio adentro” que carga agua en tobos, casitas de tablitas, el acto de bañarse con perolita, en fin, muchos detalles que en la puesta en escena encajan bastante bien. El guión en función de la continuidad del tiempo es casi lineal, excepto por los cortes en que se supone que Ramoncito se escapa del retén para volver a callejear. A mitad de película uno se pregunta a dónde lleva todo esto, acaso tiene fin? Ramoncito delinca, se prostituye, se droga, entra en la cárcel, lo sacan o se escapa y esto se repite una y otra vez, pero hasta cuándo? Como en la vida de todo “malandro” siempre hay algo que pone un fin: La Muerte. En este caso, es la de uno de sus compinches. Pero esto no significa que allí termine la trama, más bien, es sólo un respiro entre la transición de una etapa a otra...

2 comentarios

Jose Luis -

Lo habìa leido, pero no me acordaba ni un poco!!!! Aun excelente trabajo, y eso que lo leo ahora con una perspectiva mas madura!

José Fonseca -

Excelente Pelicula que compitio en su época con Tiburon I y Charston Heston, Clemente de la Cerda, para mi el Tarantino Venezolano, crudo y realista en sus escenas, y com tu dices las cosas no han cambiado sigue habiendo fábricas de delicuentes en nuestros barrios que su destino seguro es la muerte, Felicitaciones por Tu Trabajo